A propósito de la cancelación en ciernes del llamado Nuevo Aeropuerto Internacional de México, NAIM no será efectiva sino hasta que Andrés Manuel López Obrador asuma como presidente constitucional de México el próximo primero de diciembre.
Cientos de voces "poderosas", en los intereses económicos que representan, se desgañitan augurando la tragedia que no ha de llegar.
Esas voces de los hombres del poder económico todavía no entienden lo que el presidente de todos los mexicanos les insiste en explicar: la situación ha cambiado y no son los "poderosos" quienes mandan sino el pueblo de México a través de sus expresiones o por medio de la representación del mandatario más votado en la historia contemporánea de nuestro país.
Como un ejemplo simple de que las tragedias no ocurren por cancelar aeropuertos, nos permitimos recordar la historia fallida del "Aeropuerto Internacional de la Riviera Maya" anunciado casi 8 años atrás como el proyecto "más importante en cuestiones aeroportuarias durante más de una década".
Aquel cancelado aeropuerto, que incluso comenzó trabajos que quedaron en abandono, en el discurso estuvo destinado a ser el segundo más importante de Quintana Roo y el quinto más importante de todo México: ninguna tragedia ocurrió porque se haya cancelado.
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